lunes, 2 de julio de 2018

Los parques de Foodtrucks no son para mí

Es curioso que este blog nació en el 2009 ha raíz de una molestia al visitar un concierto en un lugar muy famoso de Santo Domingo, y luego de años sin escribir algo de mi vida social, vuelvo a mi desenfrenado teclado a dar mi humilde opinión sobre un tema que va ganando de parqueo en parqueo  su espacio en varias ciudades de República Dominicana, me refiero a los parques de FoodTrucks.

Mi país no es ajeno a los camiones de comida o Food Trucks, en inglés, pues desde hace varios años ya brindaban una solución económica de alimentos, que en su mayoría comida rápida, que combaten con el alto costo de la vida en RD.  Bien es cierto que muchos de esos alimentos no cumplen el más mínimo cuidado de higiene, aunque otros brillan por cumplir normas de DIGENOR, ISO, etc.  Ya es problema de las autoridades y de los mismos ciudadanos darse cuenta e investigar sobre los alimentos que se consumen en mi media isla, pues la idea no es esa.

En la tarde del sábado pasado estuve hablando con mi hermano Bladimir con relación a un negocio que formaba parte de un parque de Foodtrucks en Santo Domingo, que ahora no viene al caso, la idea es que en el perfil de Instagram de dicho parque, tiene en un su información de perfil lo siguiente " Te brindamos una experiencia culinaria con esmero, eliminando los componentes de costos abusivos desde su concepción".  El tema estaba muy interesante, pues entramos en debate acerca de los mencionados ahorros que dichos sitios tenían y al final quedó una parte del tema sin concluir: ¿Dichos ahorros se transmiten al consumidor final, el cliente?, pues pienso que mi respuesta es NO, y aclaro según escribo.


Resulta que la noche de ese mismo día termino buscando cena en un Parque de Foodtrucks ubicado en la Avenida Núñez de Cáceres, el nombre del establecimiento ahora no es importante, pues lo que contaré pasa en todos.  Recibo una recomendación de un burrito y la acepto, la verdad estaba muy bueno, la idea es que al llegar la cuenta noto lo caro que había salido dicho producto, sin contar lo igual de costoso del refresco que tuve la obligación de comprar en un segundo negocio y de este último ni factura me dieron.

Esto último resuelve la pregunta antes formulada cuando estaba con mi hermano Bladimir, y la respuesta es simplemente NO.  Cuando varios camioncitos de comida deciden unirse en un mismo parque tienen una serie de ahorros con relación a un centro comercial y procedo a citarlos:

  • El costo de renta es muy mínimo, pues en el día regularmente son parqueos de algún lugar y ellos solo ocupan en las noches, cuando ya el dueño de dicho parqueo no lo necesita. 
  • Ya que es un lugar asfaltado, o un parque con hierba, se economizan el trapear (soapear o usar el mapo, qué se yo) y menos el de utilizar ambientador o desinfectante para el suelo.
  • No existe el concepto de aire acondicionado, pues es al más puro aire libre.  Colocan algunos puntos con sombrillas o pequeñas carpas, pero al final si llueve se arma el corredero.
  • Se economizan los lugares de parqueo para los clientes, pues uno se estaciona en la calle donde aparezca y sin seguridad en el mismo, dando espacio a los buscones y guardias de seguridad de la zona que se ofrecen a “echarles un ojo” a los vehículos a cambio de un pago, aunque descuidan con el mismo la labor por la que se le está pagando originalmente.
  • Muchos de esos lugares no ofrecen pagos con tarjeta de crédito y muchos no ofrecen facturas con NCF… algunos ni facturas.

Existen muchas más, pero con estos ahorros pienso que es suficiente para que los productos que venden sean mucho más económicos.   Digo esto porque me gustaría citar tres (3) lugares de la Ciudad de Santiago de los Caballeros que me gusta visitar.  Dichos lugares son Cheff Pepeer, Square One y Rafa el Pollito, tres lugares muy diferentes y con costos bastante divididos y los escribí en orden de precios de mayor a menor.  Chef Pepper es un lugar muy fino con el mejor sabor en hamburguesas.  Un muy excelente lugar que vale su precio un poco alto.   Square One es un restaurante con un ambiente estupendo, abierto las 24 horas, una comida exquisita y unos precios sorprendentemente cómodos.  Por último dejo a Rafa El Pollito, es literalmente un carrito que vende pica pollos, digamos que es un foodtruck que no se ha sindicalizado, quizás las mejores alitas fritas que he comido y su precio es muy barato.

Ahora bien, ¿Qué tienen que ver estos tres establecimientos? Pues que sus precios varían por las comodidades que ofrecen, mientras que los Parques de Foodtrucks me dan la comida de Rafa el Pollito, sin las instalaciones de Square One, pero a precios de Chef Pepper.  Entonces, ¿Qué pasa con todos los costos que se están economizando esos camiones? Pues es lógico, va a los bolsillos de los dueños de dichos camiones, quienes se venden como pequeños empresarios que están buscando hacer las cosas bien, pero en realidad son los mismos dueños de establecimientos más formales, los cuales han establecido una estrategia de mercadeo que le salió bastante bien.

Retornando a la pregunta original de ¿Dichos ahorros se transmiten al consumidor final, el cliente?  Mis fundamentos no son los más sólidos, pero dichos comerciantes no pueden desmentirme cuando reduzco la respuesta a un simple NO, lo que al leerlo me genera nuevas preguntas ¿Es diferente esa comida a la de un centro que me ofrece todas las instalaciones acondicionadas?, ¿Es diferente el precio con relación a otros lugares?, ¿Siento el mismo nivel de seguridad con los parques de Foodtrucks que con los centros comerciales?

Sé que las respuestas de algunos lectores será “Pues no vayas.  Y punto” y por parte tienen razón, pero aún yo dejando de ir no me quita el derecho a establecer mi posición de aclarar un sentir, y de paso recordarles que “En el reino de los ciegos, el tuerto es Rey” y que “no hay peor ciego, que aquel que no quiera ver”… Usando estas referencias de ciegos, les tengo una última “El que tenga ojos…que vea, pero luego no digan que nadie se los advirtió”

1 comentarios:

Ricardo Sánchez Gafo dijo...

Excelente análisis crítico con respecto a esos negocios de comida rápida que, supuestamente, son más económicos pero que, al analizar la factura, en realidad no es así. Al final, el consumidor decide, pero no está de más mostrarle la auténtica realidad. Un saludo y espero con ansia la siguiente entrada de su magnífico blog.

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