martes, 22 de septiembre de 2009

No toques mi Ñ

No he perdido la batalla frente al inglés. Lo entiendo. Lo leo, pero ni para el carajo lo hablo. Sólo que me agarre la Policía, como una confusión me sucedió en Jamaica. Ahí yo lo hablo o me lo invento. No hay Dominico, Apec, ni ningún instituto que haga esta lengua latina mencionar un reguero de palabras que al final parecen ser “T” con sus hijas las “tecitas” o llenas de K. WhaTtt? iTtt? NoTtt, LiKke… y, al hablarlo, parezco un roboTtt. ¡SantoTtt!

¿Tú sabes inglés? ¡Qué bueno!; pero por favor respeta el idioma del país que conozco desde mi nacimiento. No confundas la vaselina con la mandarina. Una cosa es que hables un idioma que ahora aparece como requisito en clasificados de “Se busca jardinero. Requisitos: hablar inglés”; y otra, muy diferente, que quieras colocar al inglés como el idioma oficial en un país donde se habla español.

El inglés se ha colado en anuncios de empresas locales, nombre de cualquier negocito, saloncito, banquita, colmadito, tiendita y, claro, dentro de muchos cerebriticos. Que me digas dentro de un apartamento de la 137 RiverSide de Manhattan o del viejo San Juan “please, abre la windows pa’ que las mocas fly”, te lo acepto. Pero en Dominicana, no.

Me parece absurda la decisión de un gimnasio local de hacer un anuncio televisivo con un nombre y escritura en inglés. Me parece ridícula la aptitud del ITLA, de lanzar una campaña muy buena de tecnología dominicana en la que aparecía un robot jugando dominó, pero que al entrar a su sitio de Internet estuviera todo escrito en inglés. Me parece patético escuchar “el toilet no baja”, como poniendo palabras como “inodoro” y “sanitario” como impronunciables. Y es un acto colérico leer, en plena capital, un menú en inglés.

¿Por qué tengo que ver las calles dominicanas llenas de letreros como “José Luis Barbershop”, Caribbean Coffe”, “Juanita Supermarket”, “Pepe Gym” y todos los gimnasios con Body, “The ranch Cybercafé” (que ojo, nunca dentro encontrarás café), “Beauty Supply”, “Ocean World”, todas las escuelas bilingües que empiezan con Saint algo y terminan en School, los “Ladies nights”, los “Licore Stores”, los “delivery”, los “carwash” y hasta los “laundry”, los “Malls”, los “shoes”, las bancas terminadas en “sport”, todos los hoteles “resort”, todos los restaurantes Steak y todos los nombres que llevan una S con apostrofe? ¿Bertha’s? ¿Juan’s? ¿María’s?

Ni decir de las invitaciones que abundan en el mundo del “pendecierismo”, es decir, Facebook. “Te invito a mi B-day”, todos los desfiles de moda terminan en Fashion y Week, ah, y con el año. “Milagros FashionWeek 2009”… ¿no es suficiente ver con la rapidez que avanza el calendario y saber en que año estamos? ¿O estando en 2009 harán un evento de 2007? En el mundo publicitario y de mercadeo, ahora las marcas son branding, la mercadotecnia es marketing y los bocetos son “layouts”. ¡Por Dios!

Querida alma gringuita, pregúntate: ¿Es difícil decir barbería, café, supermercado, gimnasio, suplidores, santos, mundo, plazas, licorerías, domicilio, lavandería, lavadero de autos, zapatos, deporte, cumpleaños, centro de Internet, noche de mujeres? Si tu respuesta es sí, revisa el tamaño de tu cerebro.

No me den por excusa la transculturación ni el turismo. El país está lleno de españoles que no abandonan sus Z y sus palabras totalmente “castellanizadas”. Y si del turismo vivimos, ¿no es mejor brindar lo que somos, lo que hablamos, lo que tenemos? Porque lo que mi cabeza entiende es que un turista no busca una extensión pequeña de su país, sino lo diferente a su cultura.

Que una escuela sea bilingüe no quiere decir que no pueda tener un nombre en español, porque bilingüe en este país es español y otro idioma; y si está situada en este territorio, entonces el nombre que debería ser tomado en cuenta tendría que ser en ¡español!

No compliquen con esos nombrecitos a los que llevan pedidos a domicilio, a los que llaman a una empresa y tienen que preguntar más de tres veces ¿cómo es que se llama eso ahí, me lo puedes repetir? ¿cómo se escribe eso?


Lo paradójico es que la mayoría de la gente que llenan sus bocas de “Tttt” y K todo lo criollo se lo encuentran ¿chopo? Yo les diré que es ser chopo. No, ser chopo no es oír a Omega. No es bailar bachata. No es sentarse en el Parque Independencia. Ser chopo es no entender que en inglés se dice lo mismo que se puede decir en español, y que la diferencia a favor del idioma que escribo es que por cada palabra hay más sinónimos, más creatividad para la escritura, la comunicación.

Ser chopo es querer ser de donde usted no es. Ser chopo es querer hablar como si viviese en otro mundo, en otra ciudad. Ser chopo es no tener personalidad, ignorar adrede de dónde se viene. Ser chopo es admirar y querer asumir otra cultura al grado de que entonces no es de ni una ni de otra y vuelve su ortografía mediocre. Ser chopo es tener una publicidad llena de faltas ortográficas y abusos al lenguaje, olvidar que no hay un solo signo de admiración “!”, sino que son dos; uno abre y otro cierra (¡!), igual con el de interrogación (¿?), que de eso está llena la publicidad local. Ser chopo es pensar que lo que está en inglés vende más y maliciosamente se oye ¿bonito? Ser chopo son las autoridades del país que no se han afanado por preservar el lenguaje y prohibir esas estupideces. Ser chopo es ignorar que hablamos un idioma rico. Ser chopo es olvidar que nunca son más importantes las palabras que los hechos y que si sabes inglés no tienes que hacerlo notar a los cuatro vientos en una mesa de un restaurante de la Lincoln. Ser chopo es quitarle méritos a tu cultura.

La “Anglo Moda” dentro del territorio de Dominicana me tiene harto. Y sí, quiero saber inglés porque sí, para que se me enrede la lengua, para comunicarme con otros dentro de sus países, aeropuertos, cuando visiten este pedazo de tierra por el cual estoy dispuesta a dar la cara y el alma; o porque me da la gana. Pero, nunca para sumergirme en lo que en este caso sí considero “chopería”. Me rehúso a que las barras, las estrellas, el águila, los “Tttt” y las K valoradas en algunas mentes, quieran comerse la bandera dueña de un escudo que hasta ahora, en español, dice “Dios, Patria y Libertad”. No toquen mi ñ.

Este escrito no es totalmente mio, está dando vueltas por par de páginas y algunos email, pero está bastante bueno, Yo personalmente lo edité desde www.remolacha.net y de un email que me envió también mi amigo Carlos Castillo.


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